Comenzar un nuevo deporte es una de las mejores maneras de marcar nuevos propósitos de Año Nuevo y mejorar nuestra salud física y mental. Sin embargo, muchos se lanzan sin tener en cuenta algunos factores importantes que pueden aumentar el riesgo de lesiones.
El inicio del año es un momento ideal para establecer nuevos objetivos relacionados con la salud y el ejercicio. Muchos deciden probar un deporte diferente para mejorar su condición física, reducir el estrés o llevar un estilo de vida más activo. Sin embargo, el entusiasmo por comenzar puede ser contraproducente si no se toman las precauciones necesarias. A menudo, los errores iniciales llevan a lesiones que pueden afectar la motivación e incluso la salud a largo plazo.
Cuando comenzamos un deporte nuevo el cuerpo experimenta una serie de adaptaciones físicas que – si no se gestionan correctamente – pueden aumentar el riesgo de lesiones. Para evitar estos contratiempos es importante tener en cuenta una serie de factores que optimicen la seguridad y efectividad del entrenamiento. Desde un punto de vista fisioterapéutico, tener en cuenta esto es clave para minimizar el riesgo de lesiones al iniciarse en una nueva disciplina deportiva:
Antes de iniciar cualquier actividad deportiva, una evaluación funcional exhaustiva es fundamental para conocer las capacidades y limitaciones del cuerpo. Utilizando herramientas como la goniometría (para medir el rango articular) y la electromiografía (para analizar la actividad muscular), un fisioterapeuta podemos detectar patrones de movimiento compensatorios que podrían predisponer a lesiones. Además, el análisis del rango de movimiento en articulaciones clave, como caderas, tobillos y hombros, permite identificar restricciones que aumentan el riesgo de distensiones musculares o problemas articulares.
El sobreentrenamiento es uno de los principales factores que contribuye a las lesiones deportivas, especialmente en novatos. Es crucial que la intensidad y el volumen del ejercicio se incrementen de manera gradual y controlada. La regla del 10% es un principio fisioterapéutico que establece que el aumento de la carga no debe superar el 10% semanal, permitiendo que el cuerpo se adapte sin generar tensiones excesivas en los tejidos blandos o estructuras articulares. El descanso activo y las técnicas de recuperación deben incorporarse en los entrenamientos, para permitir que el cuerpo se recupere adecuadamente, evitando la fatiga acumulada y la aparición de lesiones por sobreuso.
La técnica de ejercicio correcta es esencial para evitar lesiones, especialmente en deportes con movimientos repetitivos. La cinemática del movimiento, que estudia las trayectorias y la biomecánica de los gestos deportivos, permite a los fisioterapeutas corregir malas posturas o compensaciones. Un análisis detallado de correr, levantar pesas o incluso practicar deportes de raqueta puede revelar desequilibrios musculares que, si no se corrigen, provocan lesiones por sobrecarga. Además, el uso de técnicas de liberación miofascial y movilización articular puede corregir restricciones en la musculatura y las articulaciones, ayudando a mejorar la mecánica del movimiento y reducir el riesgo de tensiones crónicas.
El fortalecimiento muscular es un componente clave para prevenir lesiones. A medida que se inicia un nuevo deporte, especialmente aquellos que implican movimientos repetitivos o de alto impacto, es esencial enfocarse en los músculos que proporcionan estabilidad y soporte a las articulaciones más vulnerables. Los músculos estabilizadores, como los del core (zona abdominal, lumbar y pelvis), deben entrenarse para mantener una postura adecuada y mejorar la eficiencia del movimiento.
Algunos grupos musculares que requieren especial atención incluyen los glúteos, cuádriceps y isquiotibiales, que tienen un papel fundamental en la estabilidad de las rodillas y caderas, especialmente en deportes como correr, saltar o deportes de contacto. Además, el fortalecimiento de la musculatura que rodea los hombros y muñecas es crucial para prevenir lesiones en actividades como el levantamiento de pesas o deportes de raqueta.
Un enfoque progresivo que considere la intensidad, el volumen y la forma de cada ejercicio ayudará a reducir el riesgo de lesiones y asegurar que el cuerpo esté preparado para soportar las exigencias físicas del deporte sin sobrecargar las estructuras musculares.
El entrenamiento preventivo también se centra en la identificación y corrección de desequilibrios musculares. Las diferencias en la fuerza y la flexibilidad de los músculos de un mismo grupo o lado del cuerpo pueden generar compensaciones que aumentan el riesgo de lesiones. Por ejemplo, si un músculo es más débil que su contraparte, se sobrecargará durante las actividades físicas, lo que podría desencadenar una lesión.
Una evaluación funcional completa permite detectar estos desequilibrios y diseñar ejercicios de corrección que restauren la simetría y la eficiencia en el movimiento. Al trabajar para equilibrar la fuerza entre los músculos agonistas y antagonistas, y entre la parte superior e inferior del cuerpo, se mejora la distribución de las fuerzas a través de las articulaciones y se previenen lesiones por sobreuso o posturas incorrectas.
Este enfoque es especialmente importante para aquellos que están comenzando un deporte nuevo, ya que las técnicas incorrectas o el mal posicionamiento del cuerpo pueden acentuar desequilibrios preexistentes y aumentar el riesgo de lesiones a largo plazo.
El equipamiento adecuado juega un papel fundamental en la prevención de lesiones. A menudo, un mal ajuste o elección del calzado deportivo puede provocar alteraciones en la postura y generar lesiones en las extremidades inferiores y la columna. Los fisioterapeutas pueden recomendar calzado específico para cada tipo de pie y deporte, asegurándose de que ofrezca el soporte necesario para evitar problemas como la fascitis plantar o lesiones en las rodillas. Además, en deportes como el levantamiento de pesas o el running, los fisioterapeutas pueden sugerir el uso de plantillas ortopédicas o soportes para las articulaciones más vulnerables, para minimizar el impacto y las tensiones durante la actividad física.
La supervisión continua es esencial durante la fase de adaptación a un nuevo deporte. El fisioterapeuta debe realizar un seguimiento periódico de la evolución del entrenamiento, evaluando factores como la fatiga muscular, el dolor articular y la aparición de síntomas inflamatorios. La identificación temprana de signos de sobrecarga o desequilibrio permite realizar ajustes en la carga de trabajo, implementar técnicas de recuperación activa como masoterapia o electroestimulación, y reestructurar el plan de entrenamiento para garantizar una adaptación segura. Este enfoque preventivo es crucial para evitar que pequeñas molestias se conviertan en lesiones graves.
En Corporis Fisioterapia Marbella, defendemos que cada deportista -ya sea principiante o avanzado- tiene necesidades únicas. Nuestro equipo está aquí para acompañarte y asegurarse de que tus propósitos de Año Nuevo no solo sean alcanzados, sino logrados sin comprometer tu salud. ¡Comienza este año cuidando tu cuerpo y evitando lesiones! Si necesitas asesoramiento personalizado, no dudes en contactarnos.
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