La epicondilitis, epicondilalgia o “codo de tenista” es una lesión que cursa con dolor en la cara lateral del codo producido por microtraumatismos de repetición debido a esfuerzos y sobrecargas musculares, que conlleva irritación y degeneración de las inserciones tendinosas del codo.
Es una patología muy común sobre todo en personas que practican deportes de raqueta, aunque también es frecuente en puestos de trabajo donde conlleven un sobreuso de la musculatura del antebrazo como puede ser al utilizar un martillo, escurrir un trapo o incluso el uso continuado del ratón para el ordenador.
Siempre hay que hacer una correcta anamnesis donde averiguar el movimiento postural anómalo desencadenante de la lesión. Se realizarán palpación, test ortopédicos que indiquen patología y sobretodo, se confirmará con una prueba de imagen como la ecografía o la resonancia magnética.
Es imprescindible corregir la causa que provocó la inflamación, habitualmente es un gesto técnico deportivo mal ejecutado, un mal hábito postural en el trabajo, etc. En primer lugar centraremos el tratamiento en disminuir la inflamación, reducir el dolor y devolver el equilibrio muscular y articulara la zona. Una vez logrado haremos un plan de readaptación deportiva o laboral. Existen diferentes técnicas para ello entre las que destacan:
Cabe destacar que las técnicas de EPI y ondas de choque han demostrado gran eficacia para su tratamiento, evitando, en casos graves, una posible cirugía.
Dependerá del grado de lesión, las causas que lo provocaron y del tiempo que lleve con ella el paciente, así como de la capacidad regenerativa que el paciente tenga frente a los procesos lesionales. Todo ello puede hacer que la recuperación se produzca en 2-3 semanas o tarde 1-2 meses. Aunque lo más frecuente estadísticamente hablando son 6 semanas.
La curación de una lesión o patología física corre a cargo de nuestro cuerpo, en él existen unos mecanismos automáticos que se activan cuando perdemos el normal equilibrio físico u orgánico. Estos mecanismos son complejos y dependen en gran medida del metabolismo (procesos bioquímicos, hormonales y neuronales). Si estos mecanismos funcionan al 100%, estaremos protegidos de un gran número de impactos que pueda sufrir nuestro cuerpo en los diferentes planos (físico, emocional, bioquímico y energético) pero si estos mecanismos están menguados en su función, la capacidad de recuperación y regeneración de nuestras células va a estar comprometida, pudiendo bloquear los procesos de curación ante una enfermedad o lesión de manera temporal o permanente.
Esto será muy importante tenerlo en cuenta de cara al tratamiento de cualquier lesión o patología pues de no ser así, el paciente podrá realizar múltiples tratamientos físicos sobre una lesión sin obtener resultado.
La planificación de este tipo de terapias es siempre personalizada, dando prioridad en los primeros estadíos del tratamiento a reducir el dolor, la inflamación y mejorar los factores mecánicos y metabólicos que han causado la lesión.
Si hemos incidir especialmente en los últimos (por existir indicios de un déficit de función en los mecanismos de regeneración tisular del paciente) entonces primero marcaremos una pauta para que el paciente realice en su domicilio durante 3-6 semanas consistente:
Posteriormente comenzaremos con el plan de Fisioterapia Avanzada y Entrenamiento funcional.
Dependerá de cada caso, si el gesto profesional o deportivo no ha intervenido en la aparición de la lesión, no habrá razón para suspenderla, pero si no es así habrá que graduar los esfuerzos.
Depende de cada caso, pero normalmente con el uso de terapias de última generación como las aplicadas en Corporis la mejoría se siente desde la primera sesión. Pudiendo ser necesarias entre 3 y 7 sesiones para su completa recuperación.
Dependerá de cada caso, lo más frecuente es realizar de una a dos sesiones por semana.
Sí, en ocasiones no existen factores físicos ni metabólicos lo suficientemente importantes como para justificar la aparición de esta lesión, sin embargo sí los hay de tipo Psíquico.
Para ayudar a que el cuerpo deje de generar esta irritación/inflamación de fibras nerviosas originando Dolor, es muy importante que el paciente tome conciencia de la relación existente entre stress-lesión y tratar de establecer estrategias que permitan reducir el impacto del stress sobre el cuerpo.
Para ello herramientas como el Coaching y la Psicología Clínica son de gran ayuda.
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